Escrito por Elvira Kassin, Janija de TUM de GAMP "Coaj".
GAMP “Coaj” es una institución cuyo objetivo es enseñar a los jóvenes a salvar vidas además de formar líderes excepcionales.
Mi experiencia en GAMP “Coaj” inició hace casi dos años, cuando un par de madrijim fueron a mi escuela para introducirnos a lo que es la institución. Sin saber qué me esperaba en la primera junta, asistí. Al llegar me encontré con mucha gente de otras escuelas con la misma curiosidad que yo y al frente estaban madrijim: uniformados, comprometidos con el grupo y bien capacitados. Fue en ese momento cuando comprendí que ser madrij en un grupo como GAMP “Coaj” no era fácil.
Comenzaron las juntas de domingos en la mañana y nos era casi imposible creer que estábamos despiertos tan temprano y sin saber qué nos esperaba. Llena de emoción estaba segura de que quería continuar en el grupo.
Y así, conforme el tiempo pasaba, aprendí a checar los signos vitales, a trasladar a un paciente, a detectar ciertos síntomas; y a su vez aprendí lo importante que es ser puntual, cumplir con el uniforme, lo necesario que es el compromiso, lo esencial del compañerismo y a nunca dejar atrás al otro atrás: a creer en mí misma.
Las cosas empezaron a cambiar: ya había que llevar un uniforme, cargar con material, nos empezaron a enseñar nuevos temas y de pronto llegó nuestro seminario. Fue un fin de semana en donde todo era inesperado, días donde aprendí que si quieres algo siempre tienes que dar todo de ti y lo más importante debes creer que puedes hacer algo para poder lograrlo. Al terminar me sentía capaz de hacer lo que quisiera y me di cuenta que hay cosas que no se aprenden en culquier lugar.
Poco tiempo después fue el Festival Aviv y las coberturas para todos nosotros eran muy emocionantes. Pude convivir con todo el grupo y tratar a pacientes reales. Al principio estaba muy nerviosa, era mi primera vez cubriendo y portando el uniforme de GAMP “Coaj” pero lo disfruté muchísimo.
El curso siguió y cada vez fue más exigente: los temas se volvieron más complejos, éramos menos gente en el grupo, la exigencia fue mayor y a pesar del agotamiento al levantarme los domingos en la mañana o desvelarme un jueves, siempre terminaba las juntas con una sonrisa.
Antes de iniciar mi segundo año en el grupo, decidí ir a cubrir a un campamento: fue una de las mejores semanas de mi verano. Aprendí, practiqué muchas cosas que no había tenido la oportunidad de hacer (como usar un glucómetro) y me di cuenta de que había valido la pena llegar hasta ahí.
Así terminé mi curso de PRA, mi primer año en GAMP “Coaj y sabía que me esperaba un reto mayor el siguiente año, pero estaba decidida a dar mi 110%.
Marzo 2018
*Lo que acaban de leer sólo es una breve idea de lo que ha sido para mi formar parte de GAMP “Coaj”, porque si lo explicara todo nunca terminaría: cada experiencia que he vivido en el grupo suena imposible de creer, tanto que no sabría ni como relatarla.
Ahora yo aspiro a poder ser como mis madrijim. Ellos siempre nos impulsan para llegar más alto, para lograr lo que no creíamos posible y para salvar una vida algún día.
Sin duda, mi experiencia en este grupo ha sido difícil, pero siempre ha valido la pena por esa sonrisa final. Día con día, estemos donde estemos, constantemente aprendemos cosas nuevas, muchas de las que no podría haber aprendido en ningún otro lugar.
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