Escrito por Yael Yaffe, Madrija de GAMP "Coaj".
De pronto, sin saber muy bien en qué momento pasó todo, estás ahí. Con tu uniforme, sentado en la central, con personas que apenas conoces de nombre y con muchos nervios. Te llevas preparando toda la vida para este momento, te han repetido miles de veces que una equivocación tuya puede valer la vida de una persona, y siempre lo veías lejano. Era practica tras practica, estudiar constantemente, físicos en los que luchabas con tu cuerpo; para que todo desembocará en el momento en que subes a la ambulancia por primera vez.
Cada vez que suena el teléfono de la central tu corazón se acelera y el estómago se queja para recordarte lo nervioso que estás. En tu mente deseas que no pase nada, quieres que todos estén bien. No quieres ponerte a prueba, no quieres tener la vida del otro en tus manos, porque te asusta.
Finalmente, el operador te dice que es momento de salir. Tomas el material y bajas a la ambulancia, preparándote durante el camino acelerado y ajetreado para lo que puedas enfrentar próximamente.
Llegas a un pueblito donde las casas son de lámina, las personas al verte pasar se preguntan cuál de sus conocidos es el que está accidentado. Entras directamente en la casa y por fuera te ves serio y profesional, todo parece estar en su lugar.
La primera vez que subes en una ambulancia es un momento emocionante, que asusta y que es el eslabón inicial en la construcción de una experiencia. Es un momento crucial para reaccionar y demostrarte que puedes hacerlo, y sin importar cuántas prácticas hayas vivido nada se asemeja a la realidad; porque cuando recibes la llamada y recorres todo el camino hasta llegar a tu paciente, te percatas de lo real que es el lo que estás viviendo.
Ves a sus hijos y hermanos preocupados en la casa, percibes el sufrimiento de la persona que está confiando en ti para estar bien, escuchas a veces los gritos del dolor que está sintiendo e intentas calmarlo como puedas, tienes el uniforme de tu organización puesto y entiendes la responsabilidad que conlleva.
GAMP “Coaj” lleva tres años formando parte del voluntariado de Protección Civil. Muchas veces nos enfocamos tanto en nuestra comunidad que nos olvidamos del país en el que vivimos y de todo lo que nos da, para nosotros (los miembros de GAMP “Coaj”) esta ha sido la mejor oportunidad para poder devolver algo: conocer a las personas que no nos rodean, ir a sus casas, transitar sus calles, atenderlos para que puedan sobrevivir, acompañarlos de la mano a hospitales, y al final despedirnos tranquilos de que hemos hecho un cambio en el día.
México necesita de todos sus ciudadanos para crecer y mejorar, cada quien puede aportar algo distinto. En GAMP “Coaj” hemos decidido que nuestra misión con México es que las personas se sientan seguras cuando piden una ambulancia pública de Protección Civil: que vean que son importantes, que su vida vale y vale mucho, y que sin importar la situación de salud difícil que se vive en la ciudad, alguien lo nota y quiere formar parte del cambio.
Enero 2017
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